En concreto se pretende prohibir el uso de las restauraciones con amalgama (empastes compuestos por una aleación de un 50% de mercurio junto con otros metales, como la plata, el cobre y el estaño) en niños menores de 15 años y mujeres embarazadas o en período de lactancia.
Debido a los peligros que conlleva el uso del mercurio tanto a nivel humano como a nivel medioambiental el objetivo principal de la Unión Europea es aprobar junto a los Estados Miembros el Convenio Minamata, mediante el cual se logrará una mayor claridad jurídica y transparencia para regular las emisiones antropogénicas y la liberación de mercurio y sus componentes en el aire y en el agua. Este convenio establecerá medidas y condiciones a nivel europeo para controlar y restringir el uso y almacenamiento de mercurio, sus competentes y aleaciones y su comercio, la manufactura y utilización de productos con mercurio y su comercio, así como el uso del mercurio en los empastes dentales y para garantizar la gestión adecuada de los residuos de mercurio.
En lo referente al ámbito dental, se pretende que el uso de amalgama de mercurio sea inexistente en el año 2030. El primer paso será prohibir su uso en dientes de leche, en menores de 15 años y en mujeres embarazadas o en período de lactancia. Además, a partir de 2019 sólo podrá utilizarse esta sustancia en la amalgama dental si está encapsulada y también se recoge la obligación para los dentistas de utilizar dispositivos en los equipos dentales que hagan que el material no acabe contaminando el agua.
Desde el Consejo General de Dentistas de España, el presidente Dr.Oscar Castro Reina, comentaba que en España en la actualidad el uso de empastes de mercurio es «casi inexistente» ya que, por tema estético y otras cuestiones, se han visto desplazados por los composites, materiales de color blanco que se mimetizan con los dientes del paciente.
En cuanto a los riesgos para la salud que pudiera conllevar la amalgama, ha reseñado que la Organización Mundial de la Salud ya aseguró que eran seguros y efectivos, por lo que una persona que ya tenga empastes de mercurio no debería preocuparse.
«Nos tenemos que preocupar los dentistas a la hora de quitar estos empastes», puesto que es un material contaminante para el medio ambiente si no se elimina de forma correcta.
No obstante, ha recalcado que, ante grupos vulnerables como niños, embarazadas o mujeres en periodo de lactancia, «habiendo materiales alternativos siempre es mejor la prevención».