Uno de los tratamientos más de moda y demandados actualmente en nuestra consulta es el BLANQUEAMIENTO DENTAL. Tener una sonrisa blanca es el sueño de la mayoría de personas, pero este sueño se convierte en pesadilla cuando el “querer” se convierte en “obsesión”.
La BLANCOREXIA es una adicción en la cual la persona que la padece nunca ve su sonrisa lo suficientemente clara y abusa de los métodos de blanqueamiento existentes.
El problema, es que no todos podemos tener unos dientes blancos. Es fundamental que los blanqueamientos se realicen siempre bajo la supervisión de una odontóloga/o, ya que ellos nos informarán de los objetivos que podremos lograr con el tratamiento.
Lo que la gente no sabe, es que cada persona cuenta con un tono o gama de dientes, siendo los más frecuentes el blanco, marrón, amarillo o gris. Estos son los colores hacia los que tienden nuestros dientes y son los cristales del esmalte los que lo determinan.
Con el tiempo, por motivos y hábitos diversos, éstos se tiñen y el blanqueamiento dental lo que hace, es remover los pigmentos que los oscurecen, dejándolos con su color más puro, es decir, el mismo que el que teníamos a los seis años cuando erupcionaron. Por tanto si nuestro diente no era blanco no podremos llegar a tener un diente blanco, lo que lograremos es aclarar el tono de nuestros dientes siendo la dentista la que nos marcará un objetivo realista.
La blancorexia, con el uso abusivo de productos para el blanqueamiento puede, además de ser un trastorno psicológico, ocasionar problemas a nuestra salud oral, apareciendo la sensibilidad dental, caries, dolor pulpar… problemas, que tendrán que ser solucionados, con el coste económico que esto supone y que, bajo un tratamiento bien explicado, donde el paciente sepa en todo momento lo que vamos a conseguir, se hubieran evitado.
Uno de los tratamientos más de moda y demandados actualmente en nuestra consulta es el BLANQUEAMIENTO DENTAL. Tener una sonrisa blanca es el sueño de la mayoría de personas, pero este sueño se convierte en pesadilla cuando el “querer” se convierte en “obsesión”.
La BLANCOREXIA es una adicción en la cual la persona que la padece nunca ve su sonrisa lo suficientemente clara y abusa de los métodos de blanqueamiento existentes.
El problema, es que no todos podemos tener unos dientes blancos. Es fundamental que los blanqueamientos se realicen siempre bajo la supervisión de una odontóloga/o, ya que ellos nos informarán de los objetivos que podremos lograr con el tratamiento.
Lo que la gente no sabe, es que cada persona cuenta con un tono o gama de dientes, siendo los más frecuentes el blanco, marrón, amarillo o gris. Estos son los colores hacia los que tienden nuestros dientes y son los cristales del esmalte los que lo determinan.
Con el tiempo, por motivos y hábitos diversos, éstos se tiñen y el blanqueamiento dental lo que hace, es remover los pigmentos que los oscurecen, dejándolos con su color más puro, es decir, el mismo que el que teníamos a los seis años cuando erupcionaron. Por tanto si nuestro diente no era blanco no podremos llegar a tener un diente blanco, lo que lograremos es aclarar el tono de nuestros dientes siendo la dentista la que nos marcará un objetivo realista.
La blancorexia, con el uso abusivo de productos para el blanqueamiento puede, además de ser un trastorno psicológico, ocasionar problemas a nuestra salud oral, apareciendo la sensibilidad dental, caries, dolor pulpar… problemas, que tendrán que ser solucionados, con el coste económico que esto supone y que, bajo un tratamiento bien explicado, donde el paciente sepa en todo momento lo que vamos a conseguir, se hubieran evitado.