Con la cultura del vino en pleno auge, un estudio del Centro Médico de la Universidad Johannes Gutenberg en Mainz (Alemania), cuenta que quizás no es una buena idea usar el cepillo de dientes tras haber tomado una o varias copas de este apetecible líquido.

Esto se debe a que la acidez del vino daña el esmalte de nuestros dientes. El esmalte necesita tiempo para recuperarse y no acabar siendo aún más deteriorado por el cepillado. Así que no estaría de más esperar un tiempo prudencial tras la ingesta antes de cepillarnos.
Para llevar a cabo el estudio, se tomaron muestras del esmalte dental de 25 individuos (40-65años). Las incubaron en placas de laboratorio llenas de vino, 50 blancos y 50 tintos, durante 24 horas. Pasado el tiempo de incubación, evaluaron las concentraciones de calcio a distintos niveles del esmalte, y según sus palabras, «la incubación de las superficies de esmalte con diferentes vinos ocasiona una pérdida del calcio tiempo-dependiente»
Los resultados demuestran además, que los vinos blancos tienen un potencial erosivo mayor que los tintos. Además, y siempre teniendo en cuenta las limitaciones de un estudio in vitro, también alerta que “el consumo frecuente de vino blanco puede conllevar una erosión dental grave”.

Y ante esta noticia nos preguntamos…
¿Hay alguna manera de palear este efecto negativo del vino?
Pues al parecer sí, y son los alimentos con calcio. Algunos de los cuales son compañeros del vino desde antaño, como son los quesos o las almendras. No dudes en acompañarlo cuando sea posible de ellos. Otros alimentos con calcio que podemos incluir en el menú son…
-legumbres
-algas
-sardinas
-brócoli
-higos…

