La causa más frecuente por la que extraer un diente es en primer lugar la caries y en segundo lugar la movilidad, que suele estar producida por la enfermedad periodontal.
También existen otras situaciones en las que es necesario realizar la extracción dental:
- Dientes fracturados
- Ortodoncia: para ganar espacio y poder alinear el resto de dientes
- Dientes con procesos quísticos
- Dientes temporales (de leche) que no caen. Si no se recambian a su debido tiempo, pueden provocar una alteración en la posición o erupción de los dientes definitivos
- Cordales o muelas del juicio sin espacio y que erupcionan con dolor y procesos de inflamación
Este tratamiento se realiza con anestesia local.
Utilizamos herramientas como los fórceps (pinzas) específicos que sujetan el diente y se aplican movimientos con fuerza controlada para terminar extrayéndolo.
Tras la extracción el paciente deberá seguir unas pautas las primeras 24 horas: no fumar, tomar alimentos fríos y blandos, evitar enjuagarse o escupir, no cepillarse los dientes, no tomar aspirina…
Esperamos que la extracción no sea uno de los tratamientos que debas realizarte, ya que, lo que intentamos siempre, es mantener los dientes naturales del paciente. A pesar de ello, si lo necesitas, debes acudir lo más relajado posible a la consulta. Nuestros profesionales harán que las palabras miedo, nervios, dolor, no se encuentren en el relato de tu experiencia.
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